Viviana Padilla inició sus esfuerzos escolares de la mano de su padre hace 17 años; el ya no vivió para verla terminar sus estudios

por Araceli Martinez Ortega

Viviana Padilla le tiene un gran regalo a sus padres, su graduación de su maestría en terapia ocupacional por la Universidad del Sur de California (USC).

El sueño lo alcanzó con el apoyo de la Iniciativa Vecinal (NAI) de USC, un intensivo y riguroso programa que se enfoca en trabajar con los niños del sur y este de Los Ángeles. El objetivo es que los niños vayan a la universidad con el apoyo muy estrecho de sus padres.

“Me siento muy orgullosa”, dice satisfecha Viviana quien al tercer intento consiguió ser aceptada para hacer su posgrado en USC.

“Ya me había dado por vencida hasta que decidí intentar una tercera vez, y ya con más experiencia me aceptaron”, comenta.

Desafortunadamente durante su ceremonia de graduación que se llevará a cabo el 10 de mayo, le faltará su padre, Julián Padilla, un inmigrante mexicano quien perdió la vida hace un año, por una falla en el hígado, y quien fue su principal coachpara que fuera a la universidad.

“Mi padre siempre me ayudó con las matemáticas y mi mamá con los ensayos”, dice.

Muchas veces, su padre fue un voluntario en el salón de clases para asegurarse que su hija permaneciera en el curso. Fue su porrista principal y junto con su madre se convirtieron en grandes aliados para que saliera adelante con sus deberes.

Viviana se graduó de USC de la carrera de psicología y ciencias ocupacionales en 2016. En 2017 consiguió ser aceptada para hacer la maestría en terapia ocupacional en un periodo de dos años.

Creció en el sur centro de Los  Ángeles en el seno de una familia trabajadora que no tenía los recursos para mandarla por su propia cuenta a la universidad.

Sin embargo, cuenta, “no tuve que pagar nada para ir a la universidad en USC”. Esta hazaña la logró gracias a que desde el sexto grado, cuando tenía siete años, se inscribió en la Iniciativa Académica Vecinal Leslie and William McMorrow (NAI).

Los estudiantes que permanecen en este programa desde sexto año hasta graduarse de la secundaria, son elegibles para una beca completa en USC como fue el caso de Viviana.

La NAI apoya a más de 1,000 niños en los programas de acceso a la universidad, y más de 600 en programas de preescolar y alfabetización temprana.

Se trata de un programa de preparación para la educación superior de USC que consta de siete años diseñado para promover que estudiantes del sur y este de Los Ángeles se preparen desde niños para la universidad.

Bajo las directrices de este arduo programa, los estudiantes se comprometen a un plan de siete años de tutoría después de la escuela y a tomar clases los sábados por la mañana. Se requiere a los padres asistir a un programa del Instituto de Desarrollo Familiar dos veces por semana. Aquí los padres apoyan a sus hijos en el logro de sus metas académicas y  maximizan un ambiente saludable en el hogar.

Desde su primera generación de graduados en 1997, NAI ha logrado que casi 1,100 estudiantes completen el programa con 99% de éxito. El 83% de los estudiantes de primer ingreso van a universidades de cuatro años, y el 35% a USC.

Viviana apenas era una niña de preescolar cuando de la mano de sus padres visitó el campus de USC que era parte de su barrio. De hecho, hizo el preescolar en una de las cinco escuelas que forman parte de la familia de escuelas de USC, que no es otra cosa más que una alianza de cinco planteles educativos cerca del campus.

Comenzó el sexto grado en el Foshay Learning Center, una escuela de kínder ubicada a solo una milla al oeste del campus de USC.

Cuando se graduó de la secundaria, fue aceptada en varias universidades como la Universidad de California en Berkeley y la Universidad de California en Los Ángeles, pero también en USC. “Me decidí por USC porque estaba en mi mismo barrio y quería estar cerca de mis padres”, platica.

A lo largo de su formación profesional, Viviana ha tenido el apoyo de su familia en el programa NAI.  Y desde hace seis años es tutora de inglés y matemáticas.

Ella planea continuar con sus estudios de doctorado en terapia ocupacional.

“Comienzo en septiembre aquí mismo en USC, y terminaré en un año”, dice Viviana quien tiene el sueño de trabajar en el área de salud en un hospital para ayudar a las personas en su recuperación.

“Me gustaría educar y ayudar sobre este tema, pero también con la terapia quiero apoyar a las personas a tomar control de sus vidas”, confía.

El 2 de mayo, Viviana fue la oradora principal de la Gala de Premios de NAI.

“Me siento muy agradecida por  todo lo que me han apoyado para asegurarse que yo pudiera tener un título universitario y ahora mi maestría”, dice Viviana para quien terminar su posgrado fue todo un desafío ante la muerte inesperada de su padre a los 54 años de edad.

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