Estudiantes de kínder a quinto grado asisten a USC como parte de un programa de alfabetización que los prepara para emprender su camino hacia una educación superior
por Jorge Morales Almada
 
 
Gerardo, Alondra, Jordan, Nathan, Eric y Katelyn tienen entre 5 y 10 años de edad, son estudiantes de kínder a quinto grado de primaria, pero también van a la universidad.

Ellos forman parte de los aproximadamente 200 chiquillos que participan en un programa gratuito de la Universidad del Sur de California (USC) que promueve el éxito académico entre los niños latinos y afroamericanos.

Se trata de un programa de alfabetización denominado Kinder to College (K2C) en el que los chamacos aprenden a escribir correctamente, a leer con fluidez, a comprender las matemáticas y a iniciarse en el mundo de la codificación de las computadoras.

La mayoría de estos niños tenían problemas de aprendizaje en sus escuelas por lo que fueron remitidos a las clases de alfabetización de la iniciativa K2C que se imparten los sábados en aulas del campus universitario.

El plan de estudios de K2C se enfoca en ejercicios de aprendizaje a través de la realización de juegos, como deletrear palabras mientras patean la pelota, escribir las historias de las caricaturas que dibujan o utilizar colores como códigos de comando cuando quieren que su juguete robot se mueva.

El programa educativo también incluye un seminario dirigido a los padres en el que se les inculca el compromiso de apoyar y ayudar a sus hijos en el camino académico hacia una educación superior.

Los maestros de K2C son estudiantes de la misma USC que sirven como tutores de los niños en las clases de lectura, redacción, matemáticas y tecnología que llevan a cabo en grupos pequeños, además de ayudarles a desarrollar sus habilidades intelectuales con los juegos educativos.

El código K2C de USC

Una de las clases del programa K2C que el primer sábado de mayo recibieron dos grupos de niñas de kínder se centró en el uso de códigos para jugar con unos pequeños robots, los cuales debían seguir por una ruta que ellas mismas trazaron con plumones de diferentes colores.

Las niñas debían utilizar la combinación de colores para que el robot se moviera hacía la derecha o izquierda.

“Están aprendiendo los principios de la codificación, se están familiarizando con el lenguaje que se usa en las computadoras”, mencionó Holly Sims, una de las instructoras del programa K2C.

“Lo que estas niñas están haciendo”, recalcó, “es construir un camino que las conecta con el mundo real”.

La clase de códigos fue diseñado para ayudar a los estudiantes con poca representación en el campo de la ciencia, especialmente para las niñas, y que así puedan desarrollar interés en el mundo de la tecnología, explicó Sims.

Las investigaciones sugieren que los estudiantes que a temprana edad son involucrados en la ciencia o la computación, tienen más probabilidades de continuar una carrera en ese ámbito, el cual ofrecer bastantes oportunidades de empleo.

Para el próximo año se estima que ya no habrá los suficientes programadores de computadoras para ocupar los trabajos disponibles.

 

La iniciativa K2C inició en el año 2011 con cien niños que al graduarse al final de quinto grado tienen la oportunidad de inscribirse en la Iniciativa Académica del Vecindario (NAI), otro programa de siete años que ofrece USC para continuar impulsándolos en su camino hacia la universidad.

La tarea de los padres

Gerardo y Alondra están a punto de graduarse del programa K2C y según cuenta la mamá de ambos, Jaqueline González, el cambio de mentalidad que sus hijos han experimentado ha sido enorme porque ha despertado el interés de ambos por estudiar hasta la universidad.

“Asistir a estas clases en USC los ha hecho visualizar su futuro, ellos mismos dicen que irán a la universidad, Gerardo dice que va a ser científico y Alondra está más interesada en la medicina, pero también dice que no sabía que ella podría ser astronauta, le ha cambia la forma de pensar y ahora sabe que puede tener las mismas oportunidades que otros”, mencionó González.

Otra madre de familia que ha sabido aprovechar este programa que es gratuito y se ofrece gratuito a quienes asisten en escuelas ubicadas en las inmediaciones de USC (aunque no es una regla), es Stephanie Meléndez, quien ha inscrito a sus cuatro hijos: Jordan, Nathan, Eric y Katelyn.

“El primero que entró fue Jordan, porque estaba teniendo problemas en su escuela, y fue algo que le ayudó a subir sus calificaciones”, comentó la mamá. “Le ha ayudado a crecer mentalmente a sus 10 años ya tiene como meta ir al colegio, él mismo se pone a buscar información sobre cómo entrar a la universidad”.

Como madre soltera de cuatro niños que trabaja como supervisora en una tienda Starbucks, Meléndez dijo que el programa no sólo ayuda a los niños, sino también a los padres.

“Nos ayudan a entender lo que nuestros hijos están estudiando, cómo ayudarlos, cómo tener una mejor comunicación con ellos”, agregó. “Ahora sé lo importante que es apoyarlos en sus sueños y por eso en la casa todos juntos hacemos la tarea”.

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